El
tópico es decir que la democracia es el menos malo de los sistemas
de organización social. Lo evidente es que este planteamiento es
simplemente una reducción simplista que expresa la incapacidad de la
sociedad de gobernarse colectivamente de un modo justo, libre y
equitativo, siendo el actual sistema democrático occidental lo mas
parecido al concepto de democracia ideal.
La
democracia, aquella idea asamblearia donde la soberanía era ejercida
de modo directo en imitación de los agorás atenienses, no existe,
dado que el poder no reside en la practica en la totalidad de sus
miembros y la toma de decisiones no nace de la voluntad expresada en
las urnas como expresión de la voluntad colectiva de los miembros.
Existe, en todo caso, una democracia representativa, donde un
subconjunto de representantes es electo previamente por agrupaciones
de votantes y partidos y estos y solo estos son los llamados a ser
representantes indirectos del pueblo, con el agravante que los
programas electorales no son vinculantes. En ocasiones, incluso con
democracia aparente, la separación de poderes planteada por
Montesquieu, es ignorada siendo unos poderes sino claramente
controlados si elegidos por los electos representativos.
Ademas
el voto, el acto de selección de representantes indirectos suele
estar manipulado, tanto por la publicidad engañosa como por la toma
de posición irracional y sobre todo, por intereses espurios al
gobierno de la nación.
La
democracia occidental, malfunciona con una serie de carencias, casi
mejor deberíamos decir, problemas que la pervierten de raíz y
cualquier modificación organizativa tendente a solucionar estos
problemas, implica la destrucción de propio concepto democrático o
al menos de su misma alma.
El
primer problema es una masa votante ignorante.
Plantear
un mínimo de instrucción para el ejercicio del voto, implica dejar
de tener una democracia universal para ser una democracia de clase o
elitista. Pero lo cierto es que existe una masa votante ignorante que
actúa a golpe de timón de creencias muchas veces erróneas, no nos
referimos a creencias políticas sino a parámetros que se escapan de
toda lógica, sin entrar en particularidades o anecdotas, creemos que
es vox populi que el acto del voto esta para muchas personas
condicionado por creencias derivadas a una ignorancia absoluta del
sistema electoral.
Esta
situación de ignorancia del votante sobre el uso de su voto en las
estructuras políticas se denomina oclocracia, de la cual ya
Aristoteles advirtió que seria uno de los pilares de la degeneración
de la gestión publica. No solo Aristoteles si no muchos pensadores
han advertido de este fenómeno de la tiranía de las mayorías
incultas manipuladas por partidos políticos o poderes fácticos.
En
nuestro pensamiento occidental, el pensador que mas advirtió de este
peligro, fue, como no, un ilustrado, Rosseau, pero otros como Hobbes
advirtieron de este riesgo que hoy en día esta totalmente asentado.
Hobbes, planteaba el concepto del voto de la muchedumbre, entendiendo
esta como el voto confuso, irracional e injuicioso derivada del
convencimiento que la muchedumbre es manipublable y esta viciada, no
asi el individuo.
Esta
tesis, parece compensarse con la idea que los votos manipulados e
irracionales pueden ir a tantas opciones políticas como se presenten
a un acto electoral. En realidad esto no es muy realista, dado que
la manipulación social afecta mas a los mas ignorantes y son estos
los mas sensibles a ser manipulados por lo que la muchedumbre de
Hobbes puede inclinarse a votar a las candidaturas que no tengan
demasiados escrúpulos de usar tecnicas de engaño masivo.
Quizás
para tener mas democracia habría que tener en cuenta quien o quienes
pueden votar y en base a que, ¿Es posible poner un limite al voto en
relación a la formación suficiente para entender la causa efecto de
su acto?. En mi opinión sería una visión retorcida de lo que
debería ser una democracia.
Pero
la oclocracia instalada en nuestra sociedad no parece ser el mayor
problema, lo cierto es que la participación ciudadana, no solo es de
baja calidad si no que es impuntual, indirecta, escasa y con
consecuencias distintas al objeto del voto.
Llegamos
pues al segundo problema que es la contaminacíon de la democracia
por parte de intereses ajenos.
A
nuestra sociedad oclocrática se le ha unido la plutocracia de los
mercados, de la financiación ilegal de los partidos, marcando
políticas desde el chantaje a favor de los que ostentan las fuentes
de riqueza, plutocracia que ha conseguido rendir al otro mal de la
democracia, la partitocracia, que es una deformación de los sistemas
parlamentarios.
Por
lo tanto no existe democracia en el sentido puro de la palabra, lo
que si existe es una tupida interrelación de poderes, que algunos
emanan del voto y otros no, que compensándose unos a otros dan lugar
a una situación de sociedad enferma. Una sociedad donde es mas
importante la jurisprudencia que la justicia, las formas que la
verdad, el mantenimiento opaco de monarquías y clero que la
ciudadanía, el puritanismo más que la expresión de los sentidos,
del tener más que el necesitar, aparentar mas que ser.
Lo
grave del asunto es que el encastillamiento de estos usos solo tienen
la salidas en el desmantelamiento de los poderes del estado, quizás
en contra del ciudadano, abandonándonos a una sociedad anarquica.
Nos
encontramos en el tercer problema que se resume en la carencia de una
visión de regeneración democrática.
No
hay salida en el modelo constitucional actual, no solo de España si
no de los países que han evolucionado de un sistema feudal con
señores y vasallos, que pasando por el concepto decimonónico de
capitalistas y obreros ha derivado en la situación actual de
poseedores del capital y supervivientes y estos segundos despojados
de la condición de ciudadano al no poder costear los poderes que le
mantienen este estatus..
Las
tesis liberales de desmontar el estado, son una forma de garantizarse
que la oclocracia contaminada de intereses privados, no nos afecte
demasiado, pero se corre el riesgo de desmontar una perversión de
la democracia para caer en la plutocracia de las corporaciones.
Un
inciso, ¿Por que corporaciones y no multinacionales?, por que en
corporaciones también se incluyen entidades con personalidad
jurídica cuyo objeto teórico no es ganar dinero, aunque a veces,
muchas veces, si es el objetivo real y no el aparente, hablo como
corporaciones, no solo de empresas multinacionales, si no de señores
de la guerra, jefes tribales, religiones, gremios, sindicatos, clanes
e incluso nacionalidades y etnias.
Las
corporaciones son un peligro igual o mayor que la estupidez humana en
una democracia. Por ello es necesario que el pueblo vuelva a ser
soberano, a tomar las riendas de las decisiones colectivas, como
cantaba Víctor Manuel “no necesito de un tutor prefiero
equivocarme yo”.
Si
nuestra democracia no tiene salida digna, llegamos al cuarto
problema: reinventar la democracia.
Conociendo
ya los defectos de la democracia ¿Como lograr una mayor
participación social que mitigue tanto las presiones
corporativistas, religiosas, partidistas o el voto inconsciente?
Sería
necesaria una redefinición de el actual sistema y no nos sentimos
capaces de alumbrar uno, no puedo pretender estar a la altura de
Cicerón, Jefferson, San Martin, Garibaldi, Adenauer, o Monnet.
¡Mas
democracia!, frase que suena estupendamente, implica mas decisiones
colectivas que coartan la libertad individual, pero es evidente que
es preferible mas democracia que no oclocracia salpimentada de
partitocracia y plutocracia o que una anarquía comandada por las
corporaciones.
Sigue
pues siendo la democracia el menos malo de los sistemas.
Se
trata pues, de dos pilares a reestructurar, el primero es colocar la
raya entre la decisión colectiva e individual que garantice el
equilibrio entre los derechos de la humanidad y los individuales y la
segunda imaginar una nueva democracia para gestionar eficientemente
la parte colectiva de la sociedad.
Una
vez, escuche una tesis sobre lo que se tendría que legislar y lo que
no se tendría que legislar. Era una tesis sencilla. Lo que el 10% de
la población pensara que debería estar permitido era materia a
legislar siempre en posiciones aperturistas y nunca en posiciones
negativistas y solo se tendría que prohibir aquello realizado sin
consentimiento, desconocimiento o engaño del afectado o terceros.
¿Como
podemos ahondar en mas democracia?
Pensemos,
hoy en día con una tarjeta de plástico desde cualquier sitio del
mundo podemos acceder a las cuentas bancarias ¿Por que no puedo
votar las propuestas de mi parlamento?
He
consultado las tesis de los partidos y las tesis de los movimientos
sociales y sindicales, todas ellas, se enfocan en el movimiento de
esa raya hacia lo colectivo y lo privado, pero no encuentro ningún
movimiento social que ahonde en la gestión de la democracia
bajándola al pueblo votante. Realmente no existe partido político o
movimiento que pretenda ahondar en esa democracia mas directa.
¿Realmente es tan difícil?. ¿Existe algún modelo de redefinición
de la democracia?
Lo
máximo que podemos encontrar fue la tesis de la fundacional del
capitalismo sobre bases éticas, que Sarkozy propuso en el año 2008,
”le laissez faire, c'est fini", proclamó, “Hay que refundar
el capitalismo sobre bases éticas, las del esfuerzo y el trabajo,
las de la responsabilidad, porque hemos pasado a dos dedos de la
catástrofe", advirtió. Sin embargo, esta declaración quedo en
nada y mucho me temo que sería difícil extrapolarla.
Es
necesaria, pues, una tarea de redefinición del estado, de la
democracia y de la interacción con corporaciones, empresas,
ciudadanos y resto de naciones y esto no puede mas que salir de las
ruinas de la civilización, cual ave fénix que resurge de sus
cenizas, del mismo modo que el nuevo régimen surgió de las cenizas
del antiguo, el estado del bienestar de las cenizas de Europa y el
neo-capitalismo del derrumbe de los estados socialistas soviéticos.
Para
refundar la democracia ¿Estaríamos dispuestos a deconstruir nuestra
sociedad?.
La
única solución.
Sin
esa decostrucción de la sociedad, solo nos quedaría como opción,
el retorno a los orígenes de la democracia, asumiendo el voto de la
masa erróneo, generando una mayor participación olocrática de los
ciudadanos, el referéndum directo sobre cuestiones básicas que
preocupan a la ciudadanía, convirtiendo al parlamento en mero
proponedor de leyes y acciones y devolviendo la decisión al voto
directo rompiendo de este modo la actividad de los parlamentos y
gobiernos que muchas veces actúan con desprecio de sus
representados.
Sin
embargo, un parlamento popular, una papeleta sobre un SI o un NO
sobre decenas de cuestiones, podría dar al traste con logros
sociales modernos, posiblemente leyes como el matrimonio homosexual,
el aborto o el derecho de huelga podrían verse abolidos con un voto
popular. No hay mas que escuchar en nuestras cafeterías y mercados
la baja cualificación y las opiniones de una mayoría silenciosa que
justifican la pederastia clerical a la par que condenan a unos
obreros en huelga. Mayoría silenciosa que se mueve a golpe de
impulso o de tensiones mediáticas muy alejadas de la reflexión
necesaria para gobernar una sociedad.
Vuelve
el concepto ahora de república con lineas rojas, como imperio de la
ley que mantuviera a raya un voto ciudadano anti libertades, lineas
rojas que separarían la decisión de la parte colectiva de las leyes
de la parte personal de las mismas. Dando poder al pueblo para la gestión colectiva pero nunca de las libertades individuales.
Para
acabar, quiero recordar una frase de Verne: “No son continentes
nuevos los que hacen falta a la Tierra, sino otros hombres” (20,000
leguas de viaje submarino, cap XIX)