domingo, 10 de octubre de 2010

Liberalismo y cinturón de seguridad

Recientemente hubo una campaña de trafico tenia por lema “No podemos conducir por ti”, el ex-presidente Jose María Aznar dijo a colación, en marzo de 2007, ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí?", ademas lo dijo en el contexto de un premio recibido: la medalla de honor de la Academia del Vino de Castilla y León, donde, ahondo mas aclarando que: "A mí no me gusta que me digan no puede ir usted a más de tanta velocidad, no puede usted comer hamburguesas de tanto, debe usted evitar esto y además a usted le prohíbo beber vino"

Este texto, sacado de contexto, en realidad esta cuestionando la base misma de la organización social y separa el concepto liberal del concepto colectivista. Aznar en esta declaración, lo que indica que el estado no puede gastar dinero del ciudadano para hacer campañas publicitarias para decirle precisamente al ciudadano que las paga, lo que puede o no puede hacer. Pero la cosa puede ir mas allá, ¿Por que el estado limita al ciudadano a que velocidad puede circular, si puede o no puede tomar vino antes de conducir o si puede o no puede casarse con una o varias personas?

Quisiera reflexionar sobre las bases del concepto de liberalismo en su vertiente de la soberanía personal y las bases del concepto socializador del colectivismo. Como la forma mas fácil es con ejemplos, voy a usar como ejemplo el uso del cinturón de seguridad. He escogido deliberadamente el ejemplo del cinturón de seguridad por que creo que no queda ningún ciudadano que no reconozca las bondades de su uso.

La tesis liberal plantearía lo mismo que planteó el ex-presidente Aznar “¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí?”, plantearía que cada ciudadano, en uso de su libertad personal, en uso de su raciocinio y sus decisiones podrá ponerse o no el cinturón de seguridad y entiende que nadie, de forma individual o colectiva puede imponer el uso del mismo por que nada esta por encima de su decisión personal.

La tesis colectivista, actúa paternalmente y teniendo en cuenta que hay7 veces más probabilidades de morir en el caso de accidente y 16 veces mas de posibilidades de herirse gravemente, si no se lleva el cinturón no solo se gasta el dinero de los ciudadanos en recomendar su uso, si no que emite leyes que exigen su uso y aplica medidas coercitivas (multas) a quien no lo use.

Como en casi todas las posturas de organización social, el problema no es si una tesis es mejor o peor, cada una de las dos tesis tienen argumentos lógicos o principios bastante acertados. Por lo que el dilema se resuelve moviendo la posición consensuada hacia uno u otro extremo. Los extremos siempre son malos, tan malo es un descontrol donde hayan ciudadanos bebidos, sin cinturón y sin seguro del coche rodando por las carreteras como que un ciudadano por no ponerse el cinturón sea condenado a trabajos forzados del Gulag.

La duda, las diferencias, están en valorar hasta que punto el estado debe inducir al ciudadano a vivir de un modo que, en principio, le es mas favorable, obligandole a unirse a medidas colectivas que necesitara a lo largo de su vida, como ejemplo, el programa de vacunarnos, la adhesión obligatoria a una caja común de pensiones, a una sanidad compartida, a un tipo de escolarización común,

Frente a la idea, creo yo que positiva, de un programa de vacunación obligatorio, (En España no lo es, aunque desde el ministerio correspondiente hay fuertes presiones), están los grupos y personas que creen que la vacunación es un error. Frente a la idea de la caja común de pensiones (Pacto de Toledo actual), están los defensores de la capitalización personal (publica o privada). Frente a los defensores de una sanidad universal y publica están los que defienden una sanidad privada (yo estoy a caballo, creo que el servicio lo podrían dar empresas privadas pero el derecho tiene que ser universal) y frente a la escolarización común existe al cada vez mas presente fenómeno del homeschool o escolarización en casa.

Estoy absolutamente convencido que los partidarios de unos y otros sistemas están íntimamente persuadidos que su postura es la mejor tanto para el individuo como para la sociedad general, en realidad las dos posturas, incluso en su versión mas extrema buscan lo mismo. Curiosamente, las teorías políticas socialistas, que en principio son colectivistas y las liberales falsamente achacadas al conservadurismo coinciden totalmente, basta recordar el resumen del programa máximo del PSOE, y si tenemos en cuenta la época de su redacción y tomamos en su contexto el concepto de “clase trabajadora” veremos que no son tan dispares “el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes”

Si eliminamos el concepto lucha de clases, la frase se convertiría en un canto al liberalismo. “el ideal del liberalismo es la emancipación, es decir, la evolución del ciudadano dueño de su esfuerzo, libre, igual, honrado e inteligente”