jueves, 24 de mayo de 2012

Wert no tiene quien le escriba


Hoy hace un mes, estuve en un actocultural, organizado por la facultad de derecho y la de economía de la Universidad de Valencia, el instituto de derechos humanos de Valencia y la logia Blasco Ibañez, también de Valencia.

Se homenajeaba a exiliados, entre ellos al industrial valenciano Paco Soto, del que en Europa hay colegios públicos recordando su nombre y en España, su tierra, no merece, parece ser, una calle o una mención. Se hablo también del exilio de personas de las “colonias españolas” y del exilio interior.

Y de esto ultimo voy a hablar, Carlos L. Alfonso, Catedrático de derecho del Trabajo, se descolgó con un ultimo homenaje, se hizo a una persona aun viva y presente en la sala, representaba el exilio interior, los que se quedaron. Esta persona lucho por la democracia desde dentro y como anécdota contaron que fue el único cargo publico que se negaba a hacerle la pelota al dictador Franco firmando las “adhesiones” que todas las universidades, cámaras de comercio y organismos oficiales firmaron en la celebración de los “25 años de paz”

Franco, al menos tuvo una voz discordante en el mundo de la educación y el trabajo.
Wert, ministro de educación, no tuvo voces discordantes, todos los rectores lo rezachan.

Incluso con miedo al castigo, el dictador tuvo su rebelde, incluso con posibles premios, Wert no tiene quien le escriba. Yo me lo haría mirar.

viernes, 11 de mayo de 2012

Eufemismos, políticos y Bankia


Uno de los grandes problemas que tiene la sociedad española es que estamos ya acostumbrados a que los entes públicos y algunos privados nos traten como a niños usando eufemismos cuando no falseado la verdad directamente. El presidente Zapatero tiene en su haber uno de los ejemplos mas gráficos cuando llamó a la crisis “desaceleración del crecimiento” y el hecho llego a ser magistral cuando la actual vicepresidenta llamó “subida temporal que se centra en los principios de justicia y equidad” a una subida del IRPF. Y la puntilla aun sin resolver ha sido el reciente asunto Bankia, que aun no sabemos si es ta “participado”, “nacionalizado”, “intervenido”, “provisionado” o el estado tiene “titularidad indirecta”, con la rocambolesca ademas que nos dicen que “solo” han nacionalizado BFA con un 45% de las acciones inferior al 51% que serian la mayoría omitiendo que tienen el 52% de los votos.

Y esto es un resultado de una educacion deficiente que nos impide "pillarlas al vuelo" que se suma a un intento por considerarnos a los ciudadanos idiotas.  

Quien escribe estas lineas, puede hablar inteligentemente de su medio de vida y quizás de un par de temas mas, pero desde luego y como he repetido una y otra vez, no se nada de economía, derecho y otras disciplinas. Sin embardo si me considero lo suficientemente ilustrado, si se me permite esta palabra, para saber que los ejemplos que he dado son eufemismos destinados a edulcorar una situacion para hacerla mas asumible o políticamente correcta.

En el mundo de los eufemismos y me remito a los ejemplos, la vida política a aumentado un peldaño en su cualidades y calidades, llegándose a retorcer la verdad. El autentico maestro de este fenómeno, es Federico Jimenez Losantos, que sin ser santo de mi devoción le reconozco una maestría en retorcer los datos para demostrar que lo blanco es negro y lo negro blanco.

Podríamos valorar que los eufemismos son relativamente buenos en según que momentos y circunstancias, verbigracia, siempre sera mejor decir “de la tercera edad” que no “viejo”, aunque a mi “anciano” no me suena mal. Otro ejemplo, en este caso a mi juicio horroroso, es el uso dual del genero “ciudadanos y ciudadanas”, mucho mejor resuelto en algunos idiomas, como el ingles, que van surgiendo palabras nuevas (“actor & actres” es sustituida por “actrons”).

Pero en el mundo político, ya no es suavizar y dar un toque de color luminoso al texto duro, si no directamente maquillar la verdad, estrujarla y modificara a conveniencia. Es el caso del asunto Bankia, que un partido como el Popular, en principio con una ideología teórica que se bate entre el centro-liberal-conservador, tenga que nacionalizar un banco, se da de bruces con su programa, sus votantes y su supuesta ideología, por lo que se ha preparado todo un argumentarlo mediático para que no se entienda que está nacionalizando nada.

Volviendo a Bankia, no se les inyecta dinero publico se les presta dinero al 10% en bonos convertibles, vamos que se les da dinero para algo que no funciona y cuando este mas que claro que no funciona se nacionaliza. Por cierto, eso en el argot financiero se llaman “cocos” y ya sabemos el miedo que nos da el “coco” a todos.

Nos merecemos gobiernos que no mientan y hablen claro.

sábado, 5 de mayo de 2012

La parte politica por el todo.


Tengo la impresión que en muchas ocasiones las motivaciones políticas puntuales hacen a los ciudadanos alinearse en una postura global mas amplia y que se asume como cobertura de la motivación original. De aquí el hecho de que existan ciudadanos “rojos” o “azules” de un modo marcado a fuego en el ADN cuando la realidad el ser “rojo” o “azul” no es mas que alinearse ante una postura personal mas marcada.

Creo que salvo, y quizás ni ellos, los redactores de un programa electoral pueden estar al 100% de acuerdo con el. Seria a mi juicio síntoma de cierta cazurrez. Esto convencido no obstante que la mayoría de militantes están mas o menos de acuerdo con la mitad del programa.

Pero mi reflexión no es esta, mi reflexión es sobre una gran masa de ciudadanos simpatizantes, militantes o votantes, que lo hacen por un único tema y que asumen el resto del programa como mal menor o peaje para impulsar su tema.

Como tengo la sensación que la inmensa mayoría de votantes no sabría distinguir si una politica económica es de la escuela de Keynes, neoclasica o de Cambridge, no sabría detectar una tendencia en la satisfacción social u otras consideraciones, entiendo que su voto se mueve factor del impulso, del instinto o, por el tema de la reflexión, la defensa de un unico factor.

Una persona que por convicción personal sea derivada de la ética o de las creencias sea opositora frontal a la posibilidad de aborto y que por alguna razón este especialmente sensibilizada y sea combativa en esta legitima causa, jamas pondrá su voto en un partido de izquierdas o liberal, pese que en economía lo razonable es que no fuera conservadora o en políticas de educación no caiga en la cuenta que lo que vota no es lo mejor para sus hijos.

Y por dar un ejemplo desde otra óptica, una persona sindicalista, motivada en la defensa de la clase trabajadora, nunca dará su voto a partidos liberales o conservadores, pese a que quizás, otras políticas de estas tendencias les serian mas favorables.

Por ello llevo tiempo pensando que el voto en bloque, a un programa o a un partido no son mas que lentejas, packs que si los quieres los tomas y si no los dejas, dejando al ciudadano como un votante manipulado permanentemente.

martes, 1 de mayo de 2012

Los limites de la solidaridad. ¿Egoísmo o necesidad?


Las modificaciones legales en cuanto al recorte de las prestaciones sanitarias a extranjeros, en resumen, la perdida del carácter universal de la sanidad publica española, rompe la sociedad entre los que ven un acto execrable y los que ven un acto necesario.

En cada bloque de pensamiento se unen razones visibles, como las de mercado, costes, racionalizacion, solidaridad, humanismo y otras menos visibles como las racistas, egoístas o simplemente las que utilizan esta cuestión como ariete político.

Intentando una vez mas de alejarme de la noticia puntual, mi reflexión viene a colación de la misma sobre los limites de la solidaridad. Y digo solidaridad porque no me gusta la caridad, que no es lo mismo. Solidaridad es el sentimiento de unidad basados en intereses comunes o compartidos, por lo que se gestiona común y compartidamente y caridad es un acto vertical, del que puede al que no puede y que queda sujeto a la voluntad del donante.

Creo que en una situación económica solvente, cualquiera que se plantee recortes en materia de solidaridad debe ser una persona muy pobre de espíritu y bajeza moral, pero la filantroía, el humanitarismo, la generosidad... ante la pobreza, como en el caso del cariño y el amor y suelen saltar por la ventana.

Si tenemos en cuenta que el aporte común para la gestión compartida esta siendo permamentemente agraviada por el fraude fiscal, el asalto al botín publico, la economía sumergida, al generoso no solo le es mas oneroso mantener la solidaridad si no que además, se le queda cara de idiota. Sumándole las presiones mediáticas, para desprestigiar y desmantelar cualquier sistema de solidaridad común o publica es cuando la búsqueda de un enemigo interior, un objeto de los males, surge en nuestro ánimo y ese mal es generalmente el pobre, el extranjero, el menesteroso, pasa a ser del objeto del humanitarismo al parásito social que socava la cartera.

En un país donde nos están diciendo permanentemente que trabajar por 10 euros la hora hunde a la empresa, a la sociedad y retrasa el crecimiento económico. Un país donde las grandes fortunas son perdonadas de sus desfalcos, no pagan prácticamente impuestos, donde una banca se come los ahorros públicos mientras nos exige pagar puntualmente la hipoteca y donde yernos, amigos, buscavidas y semejantes se lo llevan crudo. ¿Como podemos exigirle a la sociedad mantener un estado de bienestar a costa de sus magros ingresos?.

La defensa de la sanidad universal, origen de esta reflexión, o la capacidad de una sociedad de que todos sus ciudadanos tengan tanta educación como sus capacidades y su voluntad les permitan, cuesta un dinero solidario y ese dinero solidario nace de unos impuestos que se entremezclan como un tótum revolútum, que hacen invisibles las cantidades dedicadas a cada partida en relación con las pagadas individualmente. Y esa invisibilidad hace que sea relativamente fácil crear un clima de animadversión hacia beneficios comunes que intereses privados quieren asumirlos como forma de negocio en el mas licito de los sentidos o como una muestra de un egoísmo exacerbado.

Vuelvo al ciudadano al que se le acaba el sueldo antes del mes y le dicen que hay que eliminar costes “innecesarios” dado que no eliminarlos implican mas impuestos y le cuentan que en sanidad son prescindibles la fecundación artificial, los abortos o en el caso mas próximo, la atención a personas que “no cotizan” (como si al comprar un pan no pagaran IVA), o que son extranjeros, sin explicarle que para hacer eso hay que quitar una palabra “universal” y quitar esa palabra implica que el próximo, quizás, sea el.
El ciudadano, pese a querer o no ser solidario, tiene una cuestión sobre el: Simplemente no puede mas. ¿Como podemos pedir mas solidaridad a quien no tiene para practicarla?, podemos pedirle la lucha política.

Mantener el estado del bienestar depende de la lucha política, porque gobernar es elegir y nuestros gobernantes prefieren recortar la solidaridad que no recortar en otras partidas. Nuestros gobernantes cargan sobre la masa trabajadora el coste de una mala planificación, una mala gestión y una ideología que elige, recortar lo mas básico.