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viernes, 14 de octubre de 2011

Me siento abrumado.


Cuando empece con el blog la intención era canalizar algunas opiniones que, por diversas razones, no puedes hacer en otros foros, supongo que como casi todos los blogueros tenia una necesidad de expresarme.

Recuerdo con alegría cuando me di cuenta que mi blog tenia casi 3000 visitas mensuales, hoy sin embargo la alegría se torna en otro atenazante sentimiento: responsabilidad. Me siento abrumado al comprobar que esas visitas rondan ya las 12000 mensuales.

Gracias, amigos lectores.

martes, 23 de agosto de 2011

Camino Soria


Recientemente he estado de vacaciones y he visitado Soria.

Debo de reconocer que no conocía esta provincia, ahora solo me queda como desconocía Asturias y la tengo pendiente.

De Soria tenia la imagen que recordaba de las lecturas a Machado: Es la tierra de Soria árida y fría. Por las colinas y las sierras calvas... Las tierras labrantías, como retazos de estameñas pardas … Desierta la vecina carretera, desierto el campo en torno de la casa.

Y no es así. He descubierto paisajes maravillosos, como el Cañón del río Lobos , un paseo de unos 3 Kilómetros donde el calor lo mitiga la sombra de las sabinas y los enebros, un camino que huele a espliego y tomillo y mirando al cielo, si los chopos te dejan ves el majestuoso vuelo de buitres, halcones y águilas. Al final del mismo, la ermita Templaria.

Pueblos increíblemente aparecidos desde el medievo, donde el tiempo no ha pasado, como Calatañazor, Qalat al-Nusu de Almanzor, el castillo del Azor. Un pequeño paraíso de 70 habitantes y donde encontré un restaurante, el Mirador de Almanzor, donde repuse fuerzas y no me trataron de turista.

Parajes agrestes, perdidos en los montes, como la fontona, donde nace el río Avión, las pozas del Duero, o la ermita de San Miguel, lugares poco transitados y que solo los he conocido gracias a Eugenia, la amable dependienta del “Palacio del Virrey” una tienda de regalos en la Plaza de San Pedro, en el Burgo de Osma, que dándose cuenta que no era un turista normal, me contó los parajes que a su juicio, como soriana, valía la pena visitar.

Y que decir del Burgo de Osma, la Catedral por si sola ya vale el viaje, un claustro maravilloso y la pena de no haber podido visitar la capilla del Venerable Palafox, (estaban en obras y solo se veia un trozo), por cierto que es fácil encontrar datos sobre la supuesta relación de esta capilla con la masonería, lo curioso es que los argumentos que se dan son circunstanciales y los elementos decorativos claramente masónicos son ignorados por los estudiosos.

San Juan de Duero, San Saturio o el monte de las Ánimas ¿Hacen falta mas motivos para ir a Soria?, vale: el picadillo, el chorizo, los torreznos, calderetas y chuletones. Soria tiene una gastronomía, claramente basada en las carnes de cordero, cerdo y ternera, para comer verdura, lo mejor es un “chino”.

lunes, 27 de junio de 2011

El señor del borsalino

Pocas veces escribo reflexiones de corte personal o mas bien, de mi ámbito personal, dado que la opinión siempre es personal. Me refiero a que pocas veces escribo sobre cosas próximas que me ocurren a mi.

He pasado cerca de un lugar al que por mi anterior trabajo visitaba frecuentemente y me he decidido a entrar a saludar a antiguos compañeros, algunos que en su día puteé por cosas de trabajo y algunos que ayude por cosas de trabajo. Afortunadamente me han recibido bastante bien.

Después de los consabidos: “como vas”, “que es de tu vida”, “me entere de esto o de lo otro”, “que suerte que no te tocara” e incluso de aguantar la murga de “ahora no pegas chapa”, nos hemos ido a comer, tarde, pero nos hemos ido a comer.

No voy a relatar la conversación que ha sido un recorrido clásico sobre novedades, que si huelgas que si líos, que si condiciones, que si tal que si pascual. Todo esto viene para contar que estaba comiendo acompañado en un restaurante.

Al restaurante ha llegado un señor, setenta y varios u ochenta y pocos años, delgado, impecablemente vestido con un traje marrón, zapatos italianos de punta cuadrada, calcetines a juego, chaleco y un maravilloso sombrero borsalino de color crema a juego con la corbata con cinta marrón a juego con el chaleco.

El señor, solo ha hablado para pedir la comida y una vez en el plato para pedirnos la aceitera:

-Perdón por la interrupción, caballeros, si no les incomoda ¿Puedo cogerles su aceitera?.
-Si, claro, tome señor. (se escuchó entremezcladamente)

Sin sentarse en su mesa, se aliña la ensalada y vuelve a decir.

-Lamento incomodarles de nuevo ¿Quieren la aceitera? ¿o prefieren que se quede en mi mesa?, hay mas sitio.
-Como quiera, vale, no se preocupe (entremezcladamente de nuevo)

Después de comer y antes del café, salimos al consabido cigarrillo y allí estaba el señor del borsalino. Y mientras fumábamos, pasa un grupo de muchachos, de apariencia y expresiones que los identificaban claramente como nacionales de otro país.

-¿Tienes un cigarro abuelo?, haciendo el gesto de dos dedos en la boca.

El señor lloró, los ojos se le pusieron vidriosos y uno de mis contertulios le pregunto que le pasaba.

-La vida, no queda ni la dignidad de que los jóvenes sean respetuosos.
-***** (lease un epíteto plural refiriendose a una persona de otro país), de mierda, dijo otro fumador.

Y el señor del Borsalino, después de una calada, dice:

-No es nacionalidad, es simplemente educación.