Quienes me conocen, saben que un poco en serio y un poco en broma, me defino políticamente como marxista-liberal, esta definición que es absurda en su misma expresión, para mi es un oxímoron que fuerza a mi escuchante a comprender que cualquier posicionamiento sociopolítico es en si mismo un dogmatismo y que nadie puede sentirse al 100% de acuerdo con una tesis política sin entrar en contradicciones ni nudos gordianos de difícil resolución.
Hoy traigo un ejemplo de “error” en las tesis 100% liberales, que ya seria libertarismo, en un ejemplo clásico de mi tierra valenciana, el agricultor y el apicultor, donde es necesario que un tercero, el estado, dictamine resoluciones que siempre alguien sale perjudicado y es un ejemplo que el liberalismo puro no puede resolver, por lo que entra en escena la figura del bien común.
El ejemplo es el siguiente.
Un agricultor planta en sus campos naranjas de categoría “exportación”, son naranjos que dan naranjas grandes, dulces, resistentes al tiempo y al frío, fáciles de pelar, redondas y con un alto valor en el mercado.
Su vecino, que vé las flores de azahar que bañan el huerto con su belleza y aroma cada primavera, ve que seria rentable poner un numero importante de colmenas para hacer miel de azahar.
El agricultor de naranjas de “exportación” ve con agrado las colmenas que fecundan sus naranjos y los preñan de hermosos cítricos y el apicultor recolecta una excepcional miel de la mejor flor melera.
Un tercer vecino, ademas, se propone, cada mes de mayo en recoger la flor caída para fabricar nerolí y revenderlo para hacer perfumes y salsas. El agricultor de naranjas de “exportación” contento por que le limpian el campo “de gratis”, el apicultor se evita que las abejas liben flor del suelo y por lo tanto su miel conserva su calidad y el recolector de flores gana dinero con el nerolí.
Pero un cuarto vecino, le da por plantar naranjos sanguinelli o peor aun -para este ejemplo-, limones chaparros.
La consecuencia es que las abejas liban de los dos huertos y la miel pierde valor y calidad, los naranjos “de exportación” se hibridan y el agricultor ve como sus hermosas naranjas pierden valor de mercado y calidad, el químico que hacia aceite esencial con el nerolí devuelve el producto por que eso ni es azahar “ni es ná” y al cuarto vecino se la repantunfla -ya veremos que no- por que sus naranjas sanguinelli sirven para hacer zumo industrial barato
Ah, pero de repente el agricultor de naranja para zumo industrial vende menos y mas barato ¿porque? por que la naranja “de exportación” ahora es excedentaria y de peor calidad y para que se pudra en el campo también la venden para zumo.
Pero ojo, ademas el pueblo en su conjunto, recibe menos dinero de la exportación de naranjas, mieles y aceites florales, todo por que un vecino le ha dado por plantar naranjas sanguinelli que por supuesto esta en su derecho.
Tenemos tres honrados emprendedores jodidos por la actividad inconsciente de un cuarto emprendedor y ademas, sin quererlo, todos se tienen que poner de acuerdo en tomar una decisión.
Alguien pues, tiene que tomar una decisión de donde se pueden poner los panales, donde se puede plantar naranja sanguinelli y donde se pueden plantar naranja “de exportación” y ese alguien es el estado. Dado que los intereses son contradictorios y todos tienen igual derecho.
Parecerá un ejemplo traído de los pelos, pero os garantizo que es mas real de lo que imagináis. De hecho las negociaciones entre apicultores, agricultores y comunidad autónoma son titánicas.
Aquí, en estos casos, es cuando mi talante liberal se vuelve marxista y entiendo que el bien común debe prevalecer. O bien el estado prohíbe ciertas plantaciones antes que empiece el problema, o bien al propietario de cítricos “peligrosos” le obliga a talar hasta una distancia en metros de los panales (nota, creo que son 100 metros), sus naranjos “peligrosos” y en consecuencia indemnizarle la tala o el cambio de producto(*). O bien el apicultor desplaza los panales, o bien hay que tomar una resolución.
Mas que nada, o se toma una decisión colectiva y de obligado cumplimento, o en según que pueblo de la ribera valenciana acaban como en Puerto Hurraco.
(*) normalmente se tala y se plantan kakis (en algunas zonas de España le llaman palosanto)