domingo, 6 de febrero de 2011

La telebasura

Creo sinceramente que una programación televisiva basada en la critica de los ideas de los filósofos de la ilustración no provocaría una avalancha de anunciantes ni siguiera llegaría a un “share” medianamente aceptable por las empresas de teledifusión. Sin embargo, de esta utópica programación ilustrada a las emisiones de programas donde se muestra la intimidad de un grupo de ciudadanos encerrados en una casa o en situaciones intimas o personales hay un trecho largo.

“Gran Hermano”, “la casa de cristal”, “hombres, mujeres y viceversa” y otros programas basados en mostrar la intimidad de personas, en muchas ocasiones personas con cierto tinte freak, son cada vez mas habituales en las pantallas de la televisión. La explotación del escándalo o del morbo basados en situaciones provocadas o personajes con un enfoque muy distorsionado de la realidad tienen unas cuotas de pantalla que deberían de hacer palidecer a los ciudadanos.

Son programas que la dignidad de los personajes, la falta de respeto a su vida privada o entorno familiar, son moneda de cambio para conseguir unos ingresos económicos o simplemente para tener unos minutos de fama que posteriormente marcaran toda su vida, ya sea en personajes mediáticos que son conscientes de este hecho y que han basado su economía en esta tele basura o sean personajes puntuales que aparecen ocasionalmente o como pequeña parte de los personajes principales.

Yo conocí dos de estos puntuales personajes, una era una conocida de mi barrio que aseguro que tuvo relaciones sexuales con un torero y en sus declaraciones también hablo de un empleado de un bingo que también se prestó a estos programas, este empleado hacia años que estaba desconectado de la anterior persona y trabajaba en un oficio distinto, de hecho me servia mas de una cena a mi y a unos amigos en su bar.

Volviendo al fenómeno, los creadores de estos programas buscan llegar a una masa de tele espectadores lo mas numerosa posible, por ello, utilizan en ocasiones la falsa denuncia, el impacto de la demanda social, el aireamiento de situaciones macabras, morbosas, sensacionalistas o intimas con el común denominador de explotar el dolor ajeno, con planteamientos simplones, demagogias, que insultan a la inteligencia de un espectador medianamente formado quizás buscando explicarle a la audiencia que todo el mundo sufre y que su propio sufrimiento puede ser mayor como demuestran con sus exposiciones televisivas, un mensaje muy conocido: Mal de muchos, consuelo de tontos o santa rita que me quede como estoy.

Si el ciudadano es libre para ver unos programas u otros y estos eligen la tele basura, estamos ante una sociedad enferma, una sociedad que, quizás, necesite ser educada o todo lo contrario, la tele basura es una consecuencia de la analfabetismo de la sociedad.

Apagad la tele.

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